miércoles, 8 de mayo de 2013

Una crisis agravada por la perdida de soberanía



Una crisis agravada por la perdida de soberanía.
 
La profunda  crisis económica que estamos sufriendo no nace en España, sabemos que es europea y mundial  aunque aquí se agrava por culpa de la burbuja inmobiliaria y de la crisis financiera.
 Pero... ¿donde está el verdadero origen de la crisis? la auténtica raíz del problema radica en la desigualdad entre los pueblos  unida a la  libre circulación de capitales y el libre comercio, que nos hace  competir con productos de China o Malasia donde hay sueldos diez veces inferiores a los nuestros. 

Ante una situación de crisis como esta, los países siempre tuvieron como instrumento para potenciar la competitividad, devaluar la moneda, pero como Alemania  prohíbe la devaluación en la zona euro y sólo impone medidas de austeridad, la única fórmula que nos queda para aumentar  la competitividad es bajar los salarios y perder poder adquisitivo.

La explicación es simple: Como no se admite bajar el euro que  sigue a niveles de 1,3$/€, lo que ocurre es que los productos de aquí no se pueden vender en el exterior  por ser muy caros. Como aquí (en España y en Europa) la demanda está fatal, hay que intentar vender fuera lo que no se vende aquí. Para vender fuera tengo que hacer reducción de costes: pagar menos a los proveedores y a los trabajadores. El resultado es que mi salario en euros baja y tengo menos dinero para vivir. Eso sí, en dólares sigo siendo rico y aparezco alto en los rankings, pero ¿de qué me sirve si no me alcanza para pagar la hipoteca?… y quizá, como tengo menos dinero, me dedico a comprar más productos de fuera que salen muy baratos porque el euro está muy alto… y el problema aumenta.

La  bajada de salarios hubiera reducido hace años  el consumo, pero esto no ocurrió gracias a la  solución que  nos ofreció encantado el sistema financiero y que  no fue otra que el endeudamiento del país, de las empresas y de sus ciudadanos, a los que se les facilitó  crédito con un alto riesgo  y que ahora provoca entre otras cosas, el desahucio de miles de personas.
 En definitiva,  en su día se apostó por el pan para hoy y hambre para mañana y el problema es que  ya estamos en el mañana y además limitados a la hora de tomar medidas ya que un país, Alemania,  nos somete a su voluntad,  en un claro ejercicio de perdida de soberanía del Estado Español.

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